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martes 13 de enero de 2015 - 19h

Construyendo soluciones: El tratado de libre comercio TTIP y el ataque a la democracia

EEUU y la UE han negociado en secreto el "Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión" (TTIP). Si se aprueba, regalaremos un poderoso instrumento al capital financiero y las empresas multinacionales para imponer su voluntad e intereses.

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El proceso de globalización ha ido haciendo ganar protagonismo en el escenario mundial a las llamadas economías emergentes -Rusia, Brasil, China...- frente a EE.UU. y la UE. La respuesta de ambas regiones es intentar crear el área de libre comercio más potente del mundo y con este objetivo inician en junio de 2013 las negociaciones para la firma del Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés).

Para favorecer el intercambio comercial entre ambos lados del Atlántico, además de reducir aranceles, hay que 'armonizar' aquellas legislaciones que puedan suponer restricciones a las ganancias de las empresas, es decir, adelgazar la protección en ámbitos que van desde los derechos laborales, la protección ambiental o la seguridad alimentaria.

El problema, con todo, no es la flexibilización del mercado laboral, la extensión de alimentos transgénicos, la falta de control sobre sustancias tóxicas o la luz verde a prácticas energéticamente insostenibles como el fracking, sino la ausencia de participación pública en todo el proceso. Estas negociaciones, además de su opacidad, esconden la posibilidad de que cualquier multinacional pueda demandar a un país si considera que su regulación va en contra de sus intereses.

Si bien la lucha es difícil, las razones por las que seguir luchando permanecen siempre claras...