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viernes 15 de abril de 2016 - 20h

Círculos de Silencio: "EUROPA NOS AVERGÜENZA"

MANIFIESTO:

Los Círculos de Silencio son una acción no violenta en solidaridad con los inmigrantes y apela a la conciencia de quienes hacen las leyes, de quienes las aplican y de aquellos en cuyo nombre son hechas. El silencio quiere ser un medio de acción al alcance de todos, una interpelación a la dignidad de todos nuestros conciudadanos y a las autoridades.

La acción de reunirse en silencio parte de una reflexión sobre una realidad hiriente que deshumaniza a todos los que la vivimos. Y es que la realidad está pidiendo que demos una respuesta solidaria y fraterna a todas aquellas personas que están muriendo en nuestras fronteras.

Este mes nos queremos hacer eco de la realidad que están sufriendo miles de personas en los límites de esta Europa que se está convirtiendo en un castillo cada vez más inexpugnable para las personas.

En Grecia se están produciendo devoluciones de todos los refugiados y migrantes en virtud del acuerdo de la Unión Europea con Turquía. La situación es muy grave. Es preocupante la transformación de los puntos de llegada y acogida griegos en centros de internamiento, se están construyendo dos centros de internamiento al norte de la isla de Lesbos donde se internará a cualquier persona que llegue a esta isla o a las otras.

El pasado lunes 4 de abril comenzaron los primeros Ferrys a devolver a personas solicitantes de asilo en masa tras el acuerdo entre la U.E. y Turquía que se cifra en 3.000 millones de Euros. Este acuerdo viola los convenios internacionales y europeos ratificados por Europa que prohíben expresamente la devolución de personas que son objeto de persecución o víctimas de guerra. Además supondrá un incremento mayor de sufrimiento dolor y muerte por parte de quienes siguen arriesgando cada día sus vidas mientras buscan bienestar, seguridad y protección a las puertas de Europa que nos avergüenza.

Esta tarde queremos pedir que todas las personas tengan derecho a emigrar cuando las circunstancias de su patria le hacen imposible una vida digna. Toda persona que huye de un conflicto tiene derecho a solicitar asilo en otro país, a ser escuchado, a ser admitido y a no ser deportado. Por tanto, los países "civilizados" tenemos el deber de escuchar y acoger. Deber humano, moral y legal.

Pero la mejor política migratoria es aquella que garantiza que ninguna persona se desplace de su comunidad de origen por razones forzadas. Se necesitan políticas que permita desarrollarse en libertad a los pueblos del Sur: Siria, Irak, Afganistán, Eritrea, Somalia, Libia, República Centroafricana...y tantos otros lugares.

¿Y qué está haciendo Europa por evitar esos conflictos? Muy poco. Los ignora. O en algunos casos se beneficia económicamente por la venta de armas y la explotación de sus recursos. Ni arreglamos el origen del mal, ni atendemos sus consecuencias.

Somos muchos los que no queremos una Europa cerrada, amurallada y ciega. Recordemos épocas pasadas en que millones de europeos, tras la segunda guerra mundial, tuvieron que huir a otros países y fueron acogidos.

Y ahora, ¿qué?

Y nosotros, ¿qué?